lunes, 24 de marzo de 2008

Sin palabras .

El turismo sexual mueve millones de dólares en la zona de la triple frontera, ya que muchos turistas no vienen solo a conocer las cataratas de Yguazú, sino a explotar sexualmente a niñas y adolescentes. “Esto es como el tráfico de drogas: no lo ves pero allí está, y solo tenés que recurrir a un contacto de confianza para conseguirlo. Si sos un turista yanqui o europeo, no tenés ningún problema: siempre hay un portero de hotel o un taxista que se te acerca y te ofrece el producto: mujeres paraguayas, brasileñas y argentinas, de toda clase. ¿Querés a una niña menor de edad? No hay problema. Te cuesta un poco más caro, pero te la traen hasta tu propio hotel”, confesó un conocido operador de turismo de Foz de Iguazú, Brasil. Agregó que en la zona existen mafias regionales que operan bajo la fachada de agencias de turismo o empresas de modelaje que explotan sexualmente a mujeres de todas las edades.

“Tenemos evidencias de que hay taxistas y gente en los hoteles que ofrecen a chicas para el comercio sexual. Y sabemos que incluso algunos padres de familia no solo porque están agobiados por la miseria, sino porque para ellos es plata fácil o ya están viciados con el tema, son los que proporcionan los teléfonos celulares de sus propias hijas a taxistas y hoteleros, para que las llamen cuando quieran un servicio”, explica la directora del programa Luz de Infancia, Marcelina Antúnez, de Puerto Iguazú, Argentina. Esta ciudad y Foz de Iguazú recibieron un millón de turistas cada una el año pasado.

(Andrés Colmán Gutiérrez y Sofía Masi, diario Última Hora .Paraguay– 17 de enero de 2008).

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