lunes, 28 de abril de 2008

Los chicos y el consumo: “Es básico el rol de los adultos”

El negocio de la telefonía celular creció un 42% en 2007 y, con ello, se amplió aún más el espectro de clientes. Los niños y los adolescentes son uno de los target preferidos de las compañías telefónicas. Diferentes planes con messenger gratis y SMS free son los principales servicios que ofrecen para cautivar al público más joven, que quiere esos pequeños aparatitos para hablar con sus amigos pero también para jugar, escuchar música, ver videos y sacar fotografías. Con estos datos en la mano, diferentes especialistas, convocados por el diario Crítica reflexionaron, sobre el consumo infantil.

-Sergio Balardoni, coordinador del Programa Juventud de FLACSO: “Los hábitos de consumo de cada chico son distintos, ya que en esto influyen diferentes factores, desde la educación, el capital cultural, el estrato social y los padres. Los adultos son claves en todo esto. Hay chicos que son muy criteriosos para elegir, y eso se debe a que provienen de familias donde este asunto se toma muy seriamente. Pero hay familias en las que ello no sucede, e incluso en muchos casos los adultos no son lo suficientemente responsables”.
-María Esther De Palma, presidenta de la Sociedad Argentina de Terapia Familiar. “Si dejamos que los hijos dominen el consumo de la casa, estaremos creando pequeños monstruos” Es distinto que un niño de cuatro años tenga derecho a elegir sus hábitos de consumo a que lo haga un preadolescente de trece años. Pero todo debe partir de una educación respecto del tema. Si dejamos que el chico domine el consumo de la casa, estaremos creando un pequeño monstruo. Se puede complacer al niño en algunas ocasiones, pero no es posible que decida todo. Se deben poner límites sin decir a todo que sí o a todo que no; hay que encontrar el punto medio”.
-Mónica La Madrid, una de las fundadoras de Markwald, La Madrid y Asociados. “En la Argentina (y en otros países de América Latina) el poder económico de los niños es considerable, influye en las compras de los adultos y gasta cifras que, cuando las analizamos en forma consolidada, no son nada despreciables. Pero las actitudes y las conductas de los padres respecto de la conveniencia del manejo del dinero por parte de los niños y de la influencia que deben tener sobre las decisiones de compra o consumo son muy diferentes en los países que estudiamos.
Los niños de la Argentina son los que tienen menos poder económico de todos. Por el contrario, los mexicanos están notablemente incorporados al mercado, y son decididamente mucho más “ricos” que los niños de nuestro país. Pero darles a los niños dinero e influencia en las compras no es lo mismo que darles autonomía. Encontramos nuevamente que en términos de autonomía los argentinos y los mexicanos son los que más se diferencian: los mexicanos son niños muy supervisados, con una vida social muy circunscripta al ámbito familiar. Los niños argentinos, por el contrario, parecieran tener más autonomía y una intensa vida social con sus pares”.
(Crítica de la Argentina, pag 20, 28/4/08)

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