viernes, 2 de mayo de 2008

tarea escolar y familias

María es contadora profesional, trabaja en una empresa envasadora y lleva, además,pues la necesidad obliga, la contabilidad de otras tres compañías. Su esposo Flavio tiene un taller de reparaciones de aparatos eléctricos y es tan bueno en eso que tiene mucha clientela. Ambos son personas responsables y preocupadas por atender la salud y la educación de sus tres hijos, uno de ellos en primaria y dos haciendo aún su educación inicial. Lo que significa trabajar esforzadamente cada día a costa de muchos sacrificios personales.Aunque los tres estudian en centros educativos públicos, María y Flavio están empeñados en ofrecerles una vida sana y con las mejores oportunidades que esté a su alcance. Por eso se preocupan de su alimentación, de acoger a sus pequeños amigos en casa, de posibilitarles la práctica de un deporte, como la natación y el básquet, de poner a su alcance buena literatura, de sacarlos a respirar fresco fuera de la ciudad los fines de semana.Pero Federico, su hijo mayor, lleva un promedio de tres tareas diarias a casa, cifra que aumenta los viernes pudiendo llegar a diez. Fátima, de 5 años, trae un promedio similar de tareas del Nido. María es la que se sienta con ellos cada día a revisar lo que les dejaron y a luchar para que su motivación no decaiga. Pero muchas veces también a explicarles nuevamente la clase, pues las tareas que les piden a los chicos suponen una comprensión cabal de lo enseñado por su profesor y eso es algo que sólo a veces se cumple. Ustedes entenderán que María no siempre tiene tiempo para esto pues lleva trabajo a casa y su esposo hace doble turno en su taller, sin mencionar que ella no conoce todos los temas del currículo ni se siente en capacidad de enseñarle a sus hijos lo que el profesor les enseñó a medias o mal en la propia escuela.La sensación de María y de varios padres del salón de Federico y de Fátima, porque lo han hablado, es que los profesores avanzan su clase a una velocidad que le permita cumplir con el programa, sin comprobar si sus alumnos entendieron, confiados en que las tareas, más el refuerzo de los padres, subsanarán el problema. Lo que significa que los padres son enrolados como profesores auxiliares del titular, con la obligación de completar la enseñanza. Pero cada vez que ha reclamado, los profesores le han dicho es que de este modo se está enseñando a los niños a ser responsables, que así se forma el carácter y que el rol de los padres es colaborar con la educación de sus hijos.María ha discutido con su esposo varias veces por este tema, ya que Flavio dice que los profesores tienen razón. Pero María le responde que no es fácil luchar cada día contra el cansancio de los niños, su legítima necesidad de hacer otras cosas, su interés por otros temas y actividades igualmente importantes para su educación y, encima, sus propias dificultades como madres para repetirles la clase a sus hijos en casa. Y que el resultado es el hastío de sus hijos con el aprendizaje y los conflictos cotidianos que arruinan el buen ánimo de todos y generan resentimientos. Dos preguntas hace María ¿Se trata de aprender a ser responsable arruinando la convivencia? ¿El rol educador de los padres consiste en subsanar la enseñanza del profesor? Las respuestas, se las dejo como tarea para la casa. Hasta pronto.

Artículo de Luis Guerrero

CNR, 02May08 Peru


1 comentario:

Anónimo dijo...

Que terrible ...